domingo, 23 de diciembre de 2018

Cuento de Navidad

"Yo fui alguien en la vida" gritaba aquel anciano en una esquina. Nadie parecía inmutarse. Finalmente movido por la curiosidad me acerqué a él y me contó su historia:

Llevaba 5 años en esa residencia de ancianos. La culpa era de su hijo decía, que se había mudado a su casa con su mujer y pasado un tiempo le había metido allí.

"A mí la casa y el resto de cosas me dan igual. Bien se las puede quedar la tonta de su mujer. Lo que me duele es que no me dejen ver a Carlitos (deduje que sería su nieto)."

"Está en 6 de primaria, y es un portero formidable. Yo solía recogerlo del colegio, y de camino a casa parábamos en una pastelería: le encantan las palmeras de chocolate."

"¿Tú sabes lo que es ser dueño de una empresa de 500 empleados, tener todo lo que quieras, y que ahora me priven de lo único que me importa?"

"Tengo que pedirte un favor: ¿quieres darle este reloj a Carlitos? Le había prometido que cuando fuera mayor sería suyo. Pero tienes que dárselo personalmente porque si no se lo quitarán."

Nos despedimos con un abrazo como si yo fuese un nieto que hubiese ido a visitarle y felicitarle la Navidad. El pobre viejo lloraba.

Unos días después me presenté en el colegio de Carlitos y me hice pasar por un primo suyo. El enano me cayó bien, y efectivamente adoraba a su abuelo.

No sé en que estaría pensando cuando le escribí aquella primera carta. Yo ya había cumplido el encargo y había hecho bastante por un señor que apenas conocía. Pero un impulso interior me llevó a escribirla.

Le escribí una carta cada mes a aquel señor fingiendo que era Carlitos quien le escribía. Yo sabía que ya no era capaz de leer y que le solía pedir a alguna enfermera que le leyera el periódico.

Le contaba cosas del colegio y de los partidos de fútbol y le decía que mis padres me iban a llevar a verle estas Navidades, que tenía muchas ganas, etc.

La última me la devolvieron la semana pasada con la noticia de que el señor había fallecido.

Quizás no estuvo bien lo que hice pero imaginé que había alegrado los últimos meses de aquella persona.

FIN



jueves, 7 de septiembre de 2017

Tweets en taxis limeños


1. Me he ruborizado esta mañana en el taxi que me ha llevado a la oficina: sonaba en la radio una canción picante no lo siguiente jajaja 

2. Hoy he llegado un poco tarde a la oficina. El taxi que me traía tuvo que parar a repostar.  

3. 18:27 de un viernes por la tarde en Lima. Volviendo a casa. Escucho a Ed Sheeran en la radio y me pongo melancólico.¿Me estaré ablandando?

4. Me pone nervioso la gente que pone punto muerto para ahorrar gasolina. Es de cateto.


5. Alarma! Con lo nuevo de la NASA resurgen los fans de los extraterrestres. El taxista de hoy me ha dado la chapa durante todo el viaje.

6. Llevo siete meses sin conducir y he redescubierto el placer de mirar por la ventanilla.

7.Me subo en algunos coches con ambientadores tan intensos que prácticamente mastico fresas, limones o pinos.

8. Observo, no sin cierta inquietud, que el velocímetro de mi taxi está roto y no pasa de 0. Ahora sólo mi estómago me indica el peligro.

9. Después de hora y media en el taxi, la despedida ha sido especialmente dura. Nos hemos abrazado e intercambiado los números de teléfono.

10. Voy en un taxi que tiene un reproductor DVD viendo una película de acción. Lo que me preocupa es que el conductor también la está viendo.

miércoles, 23 de agosto de 2017

Tweets de una noche de verano


De risas se me llenaban los ojos
y de mi boca lágrimas salían, 
pues mi corazón no entendía 
lo que tus palabras decían.
*
Solo he mentido una vez, 
y fue cuando dije que no te quería.
*
Cansado de contar mis penas, las olvidé.
*
Quería llegar lejos, 
lo necesitaba. 
Con lo que no contaba, 
era con encontrarte al comienzo.
*
Por cuanto conocí y no viví, 
Por cuanto dije y no expresé, 
Por cuanto te tuve y te perdí, 
Perdón, gracias y ayúdame más.
*
Yo pensando en España, 
y tú en Nueva York. 
Yo quiero cambiar el mundo, 
y tú conquistarlo. 
Yo te quiero a ti, 
y tú a él. 
¡Paciencia corazón!
*
Sonreías aunque te aburría aquella conversación, 
que nada tenía que ver con la callada alegría 
de tu corazón enamorado.
*
¿Y si tuvieras razón 
y ninguno de los dos tuviera nada que perder, 
salvo el miedo de no volver a vernos?
*
Quiero quererte y que me quieras. 
¿Es mucho querer lo que quiero?
*
Me consuela saber que llegará el momento 
en que ya no tendremos que despedirnos. 
Mientras tanto no me eches de menos, 
espérame con ilusión.
*
Hablabas del Cielo, 
y yo me lo imaginaba 
como ese lugar 
en el que ya no tendrás que despedir 
a nadie al que quieres.
*
Me gustaría irme de noche, 
sin hacer ruido. 
No ser noticia al día siguiente, 
que todo siga tranquilo. 
Que solo tú me recuerdes, 
España mía.
*
Tu alegría bien compensa mis tristezas.
*
Ojalá pudiera vencer: 
tus excusas con un beso, 
tus miedos con un abrazo, 
tus dudas con un "te quiero". 
¡Ojalá me dejases al menos!
*
A ratos te imagino dormida, 
y me quedo tranquilo.
A ratos te imagino perdida, 
y me desespero.
A ratos te siento cerca, 
y me sonrío. 
A ratos...