sábado, 19 de diciembre de 2015

Pensando España

23:49 pm. Intentaba dormIr pero mi cerebro sigue en marcha. Le doy vueltas a ideas y proyectos... y a una entrevista: la que me han hecho esta mañana en la calle.
Tres chicas jóvenes estaban grabando entrevistas a gente que pasaba por la calle en frente de una sucursal del banco Santander en la Calle Cea Bermúdez. Al parecer la gente se mostraba reacia a dedicarles un momento para contestar a sus preguntas. En general los micrófonos y las cámaras de televisión nos intimidan.
Yo he accedido a ser entrevistado. La chica que sostiene el micrófono me tranquiliza diciendo que se trata de una pregunta sencilla. Parecen estudiantes de periodismo. Me pregunta mi opinión sobre la situación económica de España y las declaraciones que ha hecho el gobierno y la discrepancia de Bruselas. Hablo durante dos minutos sin decir nada concreto, sólo sobre lo que se por los medios de comunicación. Al terminar me arrepiento. Esto es lo que quería haberles dicho:
Los datos económicos en su conjunto parecen positivos. Si España cumple o no con el déficit lo sabremos el año que viene. Ahora bien, ¿qué me dicen a mí esos datos? Pues me infunden confianza por el crecimiento del país, pero mire usted hay que bajar al terreno:
Si usted le pregunta a alguna persona mayor que pasa por esta calle, probablemente le dirá que lo que le preocupa es su pensión, y su seguridad social, y sí podrá permitirse una residencia dentro de unos años.
Si dirige su pregunta a alguno de los mendigos que se sientan frente a alguno de estos comercios, quizás le digan que buscan trabajo, y una vivienda, y ...
Si le pregunta al director de la sucursal de este banco, puede que le responda que espera tener más clientes, que ahora que hay más dinero que la gente se anime.
Y si me pregunta a mi, le diré que acabo de terminar un máster. Que tengo 27 años. Que estoy buscando trabajo, pero no unas prácticas. Que ya no quiero ser mileurista, que quiero mantener una familia.
Vamos, que los datos de conjunto pueden ser positivos pero hay que bajar a las personas. A sus preocupaciones y necesidades.

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