miércoles, 4 de mayo de 2016

La vida de los otros

No soy del Atleti, pero ayer después del partido estaba muy contento. Me sucedió como en otras ocasiones, que sentí ganas de ser un jugador más del equipo. Quizás porque soy de lágrima fácil, ver una presentación de fotos con música de fondo me emociona, no importa que no conozca a los que aparecen en las fotos.

Alguna vez he acudido a la graduación de un amigo en su universidad, por ejemplo, y durante el evento hubiera querido ser parte de los graduados, aunque sean de una ingeniería-carrera que nunca estudiaría-.

¿No se si alguien me sigue?

Se trata de aquello de que el jardín del vecino es más verde. Acostumbrado a vivir en piso, el tema de los jardines no lo tengo muy trabajado, pero da igual, la versión moderna podría ser que el perfil de Facebook del amigo parece más verde.

Siguiendo con mi reflexión, constato que solo puedo vivir una vida: la mía. Que el regar y cuidar de mi jardín depende de mí, aunque habrá cosas que se me escapen como las granizadas, el sol abrasador, una plaga de orugas, etc. El tamaño de mi jardín me viene dado, pero puedo decidir cambiar la disposición de las macetas, qué flores plantar, donde poner unas sillas, etc.

Por último una recomendación, cuando mejor se está en el jardín es por la noche en verano, y en ese tiempo de soledad y quietud conviene dar gracias por el jardín y decidir qué mejoras voy a realizar al día siguiente.

P.D. ¡Hay que ver qué cursi me ha salido este artículo!

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